La finalidad de cualquier inversor, como es en tu propio caso, no es otra que rentabilizar al máximo las operaciones realizadas en la renta variable. O en otras palabras, generar las más altas plusvalías posibles. Cuando más sean más elevadas mejor para tus intereses. No es una labor fácil de aplicar, pero si te impones una cierta disciplina en tus actuaciones llegarás a culminar tus objetivos con mayor éxito. Para que de esta forma, el saldo de tu cuenta corriente se vaya incrementando poco a poco. Dispones de unas líneas de actuación que pueden ser de gran utilidad para tus intereses. Y por tanto será necesario que las conozcas, para que a partir de estos momentos puedas aplicarlas en todas tus operaciones en los mercados financieros. No te garantizarán los resultados, pero al menos estarás más cerca de conseguirlo.
Plusvalías: ajustar los precios de las operaciones
Una de las claves para conformar una buena operación en bolsa se basa en que obtengas un buen precio, tanto en las órdenes de compra como en las de venta. Para ello, nunca formalices los mandatos a precio de mercado. Trata de apurar en lo máximo posible las compras, y si puedes también en las ventas. Lograrás que el potencial de revalorización sea mucho más amplio.
Selecciona las operaciones
No inviertas tu dinero bajo ninguna estrategia. Es un grave error que puedes pagarlo muy caro. Sería deseable que formalices solamente las operaciones que realmente merecen la pena hacerlas. No serán muchas operaciones durante el año, pero al menos dispondrás de mayores garantías para que puedan saldarse con un éxito más pronunciado. Descartando aquellas que no te ofrezcan garantías, o cuya viabilidad no sea la más adecuada.
Céntrate en los valores más seguros
La bolsa no está concebida para experimentar, ya que al fin y al cabo es tu dinero el que te estás jugando en las operaciones. Para evitar más de un problema al abrir posiciones en la renta variable, no te quedará más remedio que acudir a los valores más seguros de la bolsa española, incluso internacional. Será la fórmula más eficaz para que no pierdas parte del dinero invertido. Debes saber en dónde inviertes el dinero, y a que actividad se dedican las empresas. Con la suficiente información como para gestionar con mayor eficacia las acciones compradas. Nunca a través de valores conflictivos o que desconoces su línea de negocio.