La renta variable se caracteriza porque no ofrece ninguna rentabilidad asegurada. Puedes ganar mucho dinero, pero también perderlo con gran rapidez. Y bajo cantidades muy importantes. Al fin y al cabo es la bolsa, no lo olvides. De todas formas, dispones de algunas estrategias ciertamente originales que te permitirán acumular unas plusvalías todos los años. Quizás no muy elevadas, pero lo suficientemente atractivas como para sufragarte algún capricho personal. O para aumentar tu bolsa de ahorro para los próximos años.
Para conseguir estos objetivos no tendrás más remedio que variar tu forma de operar en los mercados financieros. Tratando de dar un sesgo más defensivo a tus inversiones. Y de esta manera obtener unos pequeños rendimientos todos los años, aunque sean no muy potentes. Con muy pocos riesgos al abrir posiciones en los mercados de renta variable. ¿Deseas conocer cómo alcanzarlo? Pues atiende porque no te exigirá mucho esfuerzo.
Rentabilidad: a través de los dividendos
Esta retribución que reparten las empresas cotizadas a sus accionistas genera un tipo de interés anual medio en torno al 6%. Con la garantía que lo tendrás todos los ejercicios en tu cuenta corriente, e independientemente de cómo evolucionen los títulos en los mercados financieros. Se trata en cierta medida de conformar una renta fija dentro de la variable. Así de sencillo podrás disponer de unos ingresos fijos de forma regular que te vendrán muy bien para ajustar tu presupuesto.
Aprovechar la tendencia alcista de la bolsa
Muy mal se te tendría que dar si en esta tendencia no consigues rentabilizar tus ahorros. Con toda seguridad que durante el año se producirá más de una vez este proceso bursátil. No debes desaprovecharlo para incrementar tu patrimonio. Incluso bajo porcentajes muy atractivos que no podrás obtener a través de otros productos bancarios o alternativos a la bolsa. Solamente deberás seleccionar los mejores valores en cada momento y por supuesto que un poco de suerte.
Combinarlo con la renta fija
Otro modelo para asegurarte un rendimiento casi fijo procede de los fondos de inversión de naturaleza mixta. Mezclan los activos de la renta fija con la variable, de forma que te proporcione unos intereses todos los años, en función de su evolución en los mercados financieros. Además dispones de muchos formatos a dónde acudir si al final te inclinas por esta forma de inversión tan especial. No en vano, es una de las formas más habituales para proteger tus ahorros.