Casi todos los inversores, especialmente los menos experimentados, piensan que solamente pueden rentabilizar sus ahorros con la bolsa al alza. Pues no es cierto, ya que para integrar a un mayor número de escenarios, se han creado una serie de productos financieros vinculados a la renta variable. Con ellos, te abrirán las posibilidades para ganar dinero en otras situaciones diferentes a las que operan la mayoría de inversores, incluso en las más desfavorables.
Operaciones con la bolsa a la baja
Ya no hace falta que los mercados bursátiles suban para que ganes dinero en la renta variable. También lo puedes hacer a partir de ahora en la tendencia contraria. Es decir, si las acciones de un valor bajan, tus ganancias serán proporcionalmente más notables a medida que el movimiento se agudice.
No obstante, son operaciones con mayor riesgo, en donde las plusvalías pueden ser muy altas, pero por el contrario, también podrás perder una parte muy importante del patrimonio invertido. No solamente puedes formalizar estos movimientos desde la bolsa, sino a través de productos más sofisticados, como por ejemplo, los warrants.
Más volatilidad, mayores ganancias
Cada vez que hay volatilidad en los mercados bursátiles, los nervios afloran entre los inversores. Esto puedes evitarlo si contratas alguno de los fondos de inversión que están basados en esta característica de los mercados. Su estrategia es muy simple, a mayor volatilidad que presentan, mejor será la evolución de estos fondos, y como consecuencia de ello, dispondrás de mayor dinero en tu cartera de inversión. Si bien la oferta todavía no es muy extensa, al menos que cuentas con las propuestas necesarias para satisfacer esta demanda.
Protegiendo la inversión
Si por el contrario eres un inversor defensivo, o sencillamente no quieres exponerte excesivamente a la renta variable, dispones de otra alternativa para abrir posiciones en la bolsa. La estrategia consistirá en contratar un depósito vinculado a estos mercados, y que incluye una cesta de acciones – que si cumplen con unos objetivos mínimos, te harán mejorar los márgenes comerciales de estos productos.
Podrás alcanzar un rendimiento máximo que puede alcanzar el 5%, y en cualquier caso siempre tendrás una rentabilidad garantizada – pase lo que pase en los mercados bursátiles -, aunque sea muy poco generosa para tus intereses, por debajo del 1%. Están dirigidos a plazos de permanencia que oscilan entre 12 y 36 meses.