Las Islas Sensaku son un grupo de islas deshabitadas situadas frente a las costas de Taiwan que actualmente es administrado por Japón. Desde hace varios años, China reclama su soberanía por derechos históricos, aunque realmente lo que busca China de esas islas que en principio no tienen ningún valor es los derechos de pesca de los mares colindantes, derechos cuyo valor económico si que es interesante para el gigante asiático.
Estas Islas tienen protagonismo en estos momentos por el conflicto que está surgiendo ahora entre China y Japón por el control de estas islas. China recientemente ha comprado dos de las islas que conforman el archipiélago de Sensaku a dos inversores privados lo que ha originado el malestar por parte de Japón al considerar esta maniobra como un acto de provocación al estado nipón. La causa de que hablemos de este conflicto tiene que ver porque nos sirve como un buen ejemplo para explicar lo que es una guerra económica entre dos estados.
Tras las protestas del gobierno japones la respuesta de China ha sido que, si el enfrentamiento continua, el gobierno chino no va a dudar en realizar un ataque directo al bono japones. ¿Qué significa que China realice un ataque al bono japones? Pues en pocas palabras, una declaración de guerra pura y dura en materia económica: una guerra económica.
Un ataque al bono japones no es ni mas ni menos que una venta masiva por parte de China de todos los bonos de deuda que tiene del estado de Japón, y en el caso de China, es mucha cantidad de dinero invertida en bonos japoneses. Al vender de forma masiva esos bonos que China ha ido comprando durante los últimos años(gracias entre otras cosas al dinero de las exportaciones), el valor de esos bonos baja de manera drástica. El precio de esos bonos baja y por tanto, si el estado japones necesita emitir nuevos bonos, no le queda mas remedio que subir de manera importante el interés que da a los inversores en bonos. Sin embargo,también puede ocurrir que el precio de los bonos baje tanto que nadie quiera comprarlos, lo que podría conllevar hasta la quiebra del estado de Japón.
Eso si, esta operación tiene un coste para el estado chino y es que, toda la inversión realizada en bonos prácticamente se pierde, al fin y al cabo las guerras, sean de un modo u otro, tienen un coste.
Fuente: The Telegraph

