Hay vida más allá del índice de referencia de la bolsa española, el Ibex 35. Una alternativa para invertir procede del denominado Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Es donde se agrupan pequeños valores de mínima capitalización, y cuyas empresas en muchos de los casos no te sonarán mucho. Se trata de un mercado en donde puedes generar amplias plusvalías, pero también dejarte muchos euros por el camino. Es muy peligroso abrir operaciones en sus valores. No en vano, las oscilaciones en los precios de sus acciones son enormes, por encima de lo habitual. En una misma sesión bursátil puedes encontrar diferencia por encima del 5%. Debido a estas características es muy importante que valores algunas de las aportaciones que implican las operaciones en este mercado tan especial que tienes para invertir en la bolsa española.
Se negocian muy pocos títulos
El volumen de contratación es mínimo, con una oferta y demanda no muy activa. Como consecuencia de ello, te costará mucho entrar en sus posiciones, es decir comprar acciones. Pero lo que es peor, también salir. Hasta el punto que puedes verte atrapado y no puedas vender al precio real que tú deseas, sino que al contrario tengas que formalizarlo a precio de mercado.
No se rigen por movimientos lógicos
La evolución de sus precios no atiende a reacciones típicas en los mercados bursátiles, sino se debe más a expectativas. Además, son valores que son muy fáciles de manipular por parte de algunos agentes de la renta variable. Con muy pocos títulos puedes mover sus cotizaciones hacia uno u otro signo. Con variaciones constantes que hacen prácticamente imposible elaborar una estrategia de inversión. No es extraño, por tanto, que te despisten en sus erráticos movimientos todos los días.
Empresas poco consolidadas para invertir
Los componentes del mercado secundario de la bolsa española son empresas cuyas líneas de negocio no están consolidadas empresarialmente. Hasta muchas de ellas son de reciente creación. Se basan, más que en sus los resultados que generan, en las expectativas que crean entre los inversores. De ahí los cambios de tendencia que muestran continuamente. Sin definir una tendencia clara en su cotización. Son líneas de negocio que en algunos casos no tienen una viabilidad muy definida. Hasta el punto que pueden quebrar, con el alto riesgo que se derive de estos movimientos empresariales. Lo más sensato en estos casos es que et abstengas de abrir posiciones en esta clase de valores tan problemáticos.