En este blog hemos mencionado muchas veces que la psicología del inversor juega muy malas pasadas en bolsa y es que en los mercados muchas veces es más importante el control de las propias emociones que lo conocimientos que un inversor pueda tener sobre la economía, sobre la empresa o sobre el futuro del sector donde está invirtiendo.
Grandes expertos en economía y finanzas con grandes conocimientos en bolsa han perdido mucho dinero en los mercados y eran gente en teoría capacitada para invertir bien. ¿Por qué ha ocurrido esto?: Pues principalmente a la propia psicología del inversor, que se estudia dentro de una parte de la economía conocida como economía del comportamiento.
Según ha estudiado la economía del comportamiento, el ser humano es de media el doble de sensible a las pérdidas que a las ganancias. Si tuviésemos que decidir entre un juego en el que podemos ganar 10.000 € pero perder -5.000€ con la misma probabilidad la mayor parte de la gente no jugaría a ese juego por el temor de perder 5.000 € y esto explica porque la mayor parte de inversores pierde dinero en bolsa.
Dejar de ganar 10.000€ me produce la misma insatisfacción que perder 5.000€, cuando la última cantidad es el doble que la primera. En resumen, la gente tiene mucho miedo a perder dinero más que a dejar de ganarlo. Cuando en bolsa una empresa presenta malos resultados lo normal es que baje el precio de la acción pero en muchas ocasiones el descenso que se da es tan alto que no se puede justificar por esos “malos resultados”.
Lo que ocurre es que se ha dado un episodio de “pánico bursátil”, hay gente que ha vendido sus acciones porque los resultados de la empresa son malos, pero hay otra gran masa de gente que ha vendido simplemente porque no quieren perder dinero y al ver como el precio de sus acciones bajan directamente venden, arrastrando a otros inversores a hacer lo mismo.
Es por ello que si echamos mano de la historia vemos como los episodios de descenso de precio (pérdidas) suelen ser más agudos que los episodios de subidas (ganancias).Los episodios de pánico suelen ser mucho más importantes que los de las ganancias y muchos inversores pierden parte de su patrimonio ahí, a causa de dejarse llevar por la corriente y no tener “sangre fría” para mantener sus acciones.
Fuente: Economía experimental y del Comportamiento, Pablo Brañas Garza, 2012.