Los efectos del Brexit, la salida de Inglaterra de las instituciones comunitarias, no se han trasladado solamente a los mercados de renta variable. Sino que por el contrario, y es lo que temen algunos analistas, puede expandirse a la economía española. Y lo que es peor, a través de varias repercusiones, y que de una u otra forma, llegarán finalmente a los ciudadanos. La primera de ellas tiene que ver con la primera industria de España: el turismo. Como consecuencia de la devaluación de la libra esterlina serán menos los turistas ingleses que vendrán a pasar sus vacaciones. Incidiendo en una disminución de los ingresos por parte del Estado, y que conllevarán más paro en los sectores afines a esta actividad. Generando, por tanto, un menor crecimiento económico que puede incluso afectar al consumo.
Debilitamiento del sector inmobiliario
No pueden olvidarse tampoco que los clientes ingleses son uno de los más activos para fijar a España como segunda residencia. Pues bien, estas operaciones descenderán por el mismo motivo que en el caso anterior. Distorsionando en algunos casos la oferta y demanda del mercado inmobiliario. Esta situación generará finalmente una mayor atonía en las operaciones firmadas, y no será nada extraño que el precio de los pisos se contraiga levemente, aunque solamente en los destinos vacacionales de la geografía nacional.
Mayores problemas en las exportaciones
Las empresas que tengan a la exportación como una de sus principales actividades no tardarán mucho en reflejar este hecho en su cuenta de resultados. Reducción del personal, ajustes en sus presupuesto y reconversión en algunas línea de negocio serán algunas de sus consecuencias. Y que incluso en el Ibex 35 llevará a penalizar a los valores más expuestos a la economía de Gran Bretaña. Ferrovial, Telefónica, Iberdrola o Banco Santander serán los más castigados en la bolsa, tal y como sucedió el viernes negro de los mercados financieros.
Economía: tensiones en los mercados de deuda
Otro efecto que ya se podido constatar en los mercados es que la prima riesgo se eleve a niveles muy peligrosos, en los que cueste más dinero financiar la deuda. Y este efecto traería inmediatamente un repunte en los impuestos como medida necesaria para solucionar el problema. Así como un debilitamiento generalizado de los principales datos macroeconómicos del país. Hasta el punto, en el peor de los escenarios, de verse inmerso en un nuevo proceso recesivo, tal y como apuntan importes informes económicos que realizando las agencias de calificación más importantes.