Tras hablar de que son y cómo funcionan los monopolios, en esta entrada pondremos un ejemplo de cómo nos afecta en la vida cotidiana estos mercados imperfectos: el precio de la gasolina y su vinculación con el precio del petróleo.
En la actualidad, el petróleo se comercia principalmente en dos mercados, Nueva York y Londres. En el primero, se negocia el llamado West Texas Intermediate mientras que en Londres se comercia el llamado Barril de Brent. Los precios se ajustan como en cualquier otro mercado común, de acuerdo a la oferta y la demanda. Puesto que la materia prima de la gasolina es el petróleo, la subida o bajada de precio de el provocará un efecto similar en el precio de la gasolina.
Sin embargo, ocurre, que este ajuste automático que se tendría que dar (tanto para bien cómo para mal) no ocurre, o al menos no ocurre cómo se debería de dar. Es decir, da la sensación de que cuando sube el precio del petróleo, la gasolina sube automáticamente mientras que cuando el precio del crudo baja, la gasolina no se ” ajusta” tan rápido.
¿Por qué se da esta situación? Pues principalmente porque existe un mercado imperfecto. El mercado del petróleo es un oligopolio, es decir, unas pocas empresas(o países) controlan la mayor parte de la producción.
Si a esto le añadimos que el petroleo no tiene ningún sustitutivo directo (o dicho de otro modo, no podemos producir gasolina con otra materia prima que no sea petróleo), se produce una situación en el que los productores controlan los precios y los demandantes no pueden hacer otra cosa que lamentarse de la situación. Es el problema de los mercados donde escasea la competencia.
1 comentario
deberias dar un informacion general.. porque tomar solo el petroleo cuando existen mas..!