Uno de los aspectos en que debes fijarte en el momento de formalizar una hipoteca es el plazo de amortización que contiene en sus condiciones de contratación. Hasta hace pocos años el máximo al que podías dirigirte era a 40 o 45 años. Ahora, y como consecuencia de las advertencias del Banco de España para evitar el endeudamiento de las familias, se ha rebajado drásticamente. Cada vez es más difícil que puedes excederte de los 30 años, con propuestas muy limitadas en las actuales propuestas de todas las entidades bancarias.
Contratar un crédito hipotecario con plazos más ajustados en su devolución lleva incorporadas algunos efectos que empezarás a notar desde el primer día en que formalices la operación. Y como consecuencia de ello, será altamente beneficioso para tus intereses personales que los conozcas. Porque probablemente puedas verte inmersos en algunos de estos procesos comerciales. Y que básicamente serán los siguientes.
Cuotas mensuales más exigentes
La contratación de los créditos para la compra de una vivienda te exigirá directamente que tengas que afrontar unas mensualidades más altas desde el principio, y en función del importe demandado elevarse significativamente. Y que en cualquier caso, te obligarán a ajustar tu presupuesto doméstico, incluso llegando a renunciar a otros gastos en tu vida personal o familiar. Hasta el punto que tengas que asumir mensualidades mucho más altas.
Amortizarás la hipoteca antes
Siguiendo las directrices del banco emisor español, podrás cerrar antes la operación. Para que de esta forma puedas vuelvas a tener un mayor control sobre tus ahorros. Y lo que es más importante, rebajando considerablemente tu nivel de endeudamiento de cara al medio y largo plazo. Y puedas estar en las condiciones de demandar cualquier vía de financiación: personal, para el consumo, reforma del hogar, etc.
Con mayor capacidad de ahorro
Incluso estos formatos más cortos en las hipotecas te podrán ayudar a fomentar el ahorro una vez que hayas cerrado la operación. No obstante, para que no sean muy gravosos para ti, necesitarás que aportes algo de tu patrimonio personal. No en vano, están comercializadas no por la totalidad del importe del piso, sino solamente sobre el 80% y 85% de la operación. Y siempre aplicados a la adquisición de tu primera vivienda, con toda clase de ofertas: bonificadas, vinculadas a la nómina o destinadas a los clientes más jóvenes.