En economía siempre los indicadores son los que dejan ver si la situación de un país, así como de una empresa, es buena o mala, estable o inestable. Así ocurre con la recesión. Hay ciertos indicadores, datos y análisis que debemos tener en cuenta para saber cuándo una economía entra en recesión.
En simples términos podemos afirmar que la economía entra en recesión cuando su nivel de producción general comienza a caer o a frenarse. Si una economía estaba creciendo y deja de hacerlo, se desacelera, entonces podemos comenzar a hablar de una economía en recesión.
Cuando el producto interior bruto de un país, o sea los ingresos por producción de bienes y servicios, disminuyen, es porque la economía ha entrado en recesión. Para hablar de recesión primero se tiene que ver que la economía manifiesta problemas con su crecimiento.La Inestabilidad que genera una economía que empieza a abandonar el crecimiento produce desconfianza en los inversores de un país.
Un inversor, ya sea pequeño o grande, siempre debe tener en cuenta estos indicadores que empiezan a manifestar una posible recesión en un país, ya que el dinero que pone en juego cuando invierte se puede convertir en pérdidas. La recesión económica marca una etapa de cambios, de estancamiento de la economía y de crisis.
Consecuencias de una economía en recesión
Cuando la economía entra en recesión, los empresarios comienzan a tener desconfianza y reducen o cortan cualquier inversión, provocando que algunas empresas cierren. Por otra parte, las familias al observar la crisis que se avecina no tienen más alternativa que reducir los gatos, por lo que el consumo se reduce y las empresas se ven perjudicadas al no poder vender sus productos por la baja demanda. Esto más tarde provoca despidos de trabajadores y una reducción de la inversión de las empresas ante el temor de no poder vender sus productos.
Los gobiernos tienen distintas opiniones a la hora de tomar decisiones en una economía en recesión. Algunos creen que es conveniente reducir el gasto público mientras que otros piensan que lo ideal es que el Estado participe en la actividad económica para hacer crecer la economía que se encuentra en crisis y depresión, aumentando el gasto público para aumentar la demanda global del país.
Otros sostienen que en recesión es fundamental proteger la economía de un país mediante el proteccionismo, tomando medidas para controlar la importación y promover el consumo de productos internos.