Para mejorar el rendimiento de los ahorros de los clientes algunas entidades bancarias han decidido lanzar al mercado algunos depósitos que están ligados al oro. Se trata de una estrategia comercial para que los perfiles más conservadores no abandonen estos modelos de inversión. Como consecuencia del abaratamiento en el precio del dinero que están llevando a cabo las autoridades monetarias comunitarias, y que han impulsado a que los tipos de interés estén en estos momentos en el 0%, algo que no había ocurrido en otras épocas, ni tan siquiera remotas.
Depósitos más rentables pero con condiciones
La vinculación del metal amarillo a las imposiciones a plazo concede la posibilidad que pueda mejorarse su rentabilidad, y llegue a alcanzar márgenes superiores al 1%. Para ello habrá que cumplir con un requisito básico y totalmente obligatorio. No es otro que el oro consiga batir unos objetivos en sus niveles de cotización. Si se logra, el objetivo estará cumplido, y los depositantes recibirán en su cuenta corriente unos intereses más interesantes de lo que es habitual en esta clase de productos bancarios.
Oro: intereses garantizados
De no lograrse estas metas, el capital invertido estará en todos los casos garantizado, y a su vencimiento recibirán un interés mínimo. En torno al 0,20% o 0,35%, en función de los modelos desarrollados por los bancos. Garantizándose, de cualquier forma, las aportaciones hechas por los impositores, que no perderán un solo céntimo de euro aunque el escenario del dorado metal no sea el deseado. Se integra dentro de una estrategia a la que están recurriendo con mayor frecuencia las entidades financieras para tratar de mantener el activo de sus clientes.
Con plazos más exigentes
La puesta en marcha de esta original iniciativa conlleva que los depósitos adaptados a este plan de inversión se muevan bajo unos plazos de permanencia más largos. Oscilan entre los doce meses y los cuatro años aproximadamente. A cambio recurren a que las aportaciones de los usuarios no sean muy exigentes, ya que pueden suscribirlos a partir de 3.000 euros. Y confeccionados completamente exentos de comisiones y otros gastos en su gestión y mantenimiento.
Penalizaciones en su cancelación
Debido a las especiales características de estos depósitos, su cancelación será mucho más complicada. Y en la mayoría de los casos sometidos a comisiones muy expansivas, que habitualmente llega al 2%. Y por tanto, faltos de atractivo para los grandes ahorradores. Que eso sí, dispondrán de más alternativas para mejorar sus posiciones en sus cuentas personales.