Imagínate que empiezas el año con 10.000 dólares y decides invertir en bolsa. No sabes en que acciones invertir y decides apostar tu dinero a aquellas empresas que están mas de “moda” en estos momentos, bien porque acaban de salir a bolsa o bien porque parece ser que se van a convertir en las empresas líderes del mercado en el futuro.
Empresas como Twitter o Groupon pueden ser las elegidas en tu cesta de empresas de moda. ¿Sería una buena elección?
Generalmente cuando una empresa se pone moda son muchos los inversores que deciden invertir en ella. Es por tanto inevitable que se forme una pequeña (o a veces grande) burbuja sobre esa empresa, que tarde o temprano tendrá que explotar, llevándose con ella todo la rentabilidad que creíamos que íbamos a ganar.
La firma de inversión Morningstar ha hecho un estudio y ha demostrado el riesgo que hay al invertir en este tipo de empresas. Si un inversor hubiera invertido 10.000 euros en las 20 empresas que mayor movimiento (mayor intercambio de acciones) diario han tenido de media, la inversión se hubiera reducido a 9.152 dólares, dividendos incluidos al finalizar el año.
Es decir, habría perdido dinero en una bolsa “alcista”, ya que la bolsa de Estados Unidos en el mismo periodo ha crecido un 10% aproximadamente.
El análisis ha ido más allá y afirma que entre 1972 y 2013 las acciones de las empresas menos populares habrían generado de media un 15,5 % de rentabilidad mientras que las más populares “únicamente“ habrían generado un 8,3%. Es decir, es casi el doble de rentable invertir en empresas menos populares que en aquellas que están de moda.
El motivo principal de esto lo tienen las expectativas. Las empresas aumentan su movimiento porque se prevé que sus ingresos van a aumentar mucho en los próximos meses. Se genera una especie de burbuja y los inversores comprar de acuerdo a esas previsiones.
En el momento que estas previsiones no se cumplen, la desilusión genera una desbandada de inversores que se traducen en fuertes caídas en el precio de la acción, como ha ocurrido en el caso de Twitter o Facebook, que meses después de su salida a bolsa vieron como descendió su cotización al no cumplirse las previsiones que se tenían sobre ellas.
Fuente: The Wall Street Journal – Imagen:Transferwise