Es una de las partidas sociales más grandes del presupuesto general del estado. Las pensiones es sin lugar a dudas uno de los mayores gastos del estado, gasto por otro lado necesario para poder mantener unas condiciones de vida favorables para las personas que por edad ya no están en condiciones de trabajar, pero, ¿es sostenible nuestro sistema de pensiones en el medio-largo plazo?
En principio no hay porque preocuparse en los próximos años porque el sistema de pensiones está garantizado para minino 10 años más, pero existe un problema que puede poner en peligro las pensiones: la evolución demográfica, especialmente por el descenso de la natalidad.
Según el INE en el año 2018 habrá mas defunciones que nacimientos en España, un problema grave sobre todo si tenemos en cuenta que en la actualidad(y en los próximos años con mucha probabilidad) el flujo migratorio es negativo, es decir, se van mas personas de las que entran en el país. Si junto a esto, vemos como según el mismo estudio la esperanza de vida aumentará en los próximos años llegando a los 86,9 años para el caso de los hombres y 90,7 para las mujeres, creamos un coctel explosivo que nos hace dudar de la sostenibilidad del sistema de pensiones español a largo y medio plazo.
El aumento de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años ya es un ejemplo de que las condiciones de jubilación tienen que cambiar, pero seguramente no será los únicos cambios que veamos en los próximos años. La idea es clara, habrán mas jubilados y menos trabajadores en el país y para mantener las pensiones o bien se aumentan los impuestos para pagarlas o bien se alteran la condiciones de jubilación.
Sin embargo esto no es una cuestión exclusivamente española, es un problema que tienen la mayoría de países desarrollados pero que en el caso de España, con el éxodo de jóvenes que se está produciendo y el descenso de la natalidad, se convierte en un dilema todavía mayor cuya solución no es clara.
Fuente: Expansión