Una de las situaciones más delicadas en el historial de un cliente bancario es cuando su cuenta corriente (o de ahorro) está situada en números rojos. Se trata de un escenario muy desagradable por la que han pasado muchos usuarios. Tanto por los problemas que les acarrean para realizar otras operaciones, como por el coste monetario que conlleva este movimiento. Porque en efecto, los bancos te cobrarán una comisión por estar disfrutando de un saldo que es ajeno a tus ingresos. No será pequeña, ni mucho menos, sino que está estipulada en torno al 10%, y que aplicarán siempre sobre el saldo deudor.
De todas formas, será muy interesante que atiendas a ciertas estrategias que te permitirán no pagar ningún euro por estar en números rojos. Y hasta puedas ampliarlo al total de tu nómina (o pensión). Desde luego que se trata de una buena noticia para las muchas personas que pueden encontrarse en esta delicada situación bancaria. Aunque siempre que reúnas algunas de las siguientes características que te exponemos.
Domiciliando tu nómina
La forma más sencilla, y directa, para evitar las penalizaciones por estar con descubiertos en tu cuenta corriente pasa necesariamente por vincular tus ingresos regulares a una cuenta de estas características. A parte de sus muchas ventajas, no pagarás ni un solo euro si te excedes del saldo real de este producto bancario. Incluso estarás en disposición de llevar la deuda hasta el importe de tu salario. Podrán ser muchos los euros que te ahorres al año por esta operación.
Si eres un cliente preferente
Con esta condición será más que suficiente para que tu banco de siempre no te cobre más estas comisiones. No en vano, tendrás vía libre para rebasar los límites deudores de tu cuenta. Por una cantidad máxima que irá en función de lo que hayas acordado en las negociaciones, pero que habitualmente puede alcanzar hasta los 500 euros libres de penalizaciones.
Contratando otros productos con la entidad
Si finalmente no cumples con los anteriores requisitos, no te preocupes en exceso ya que te quedará un último recurso para lograr estos objetivos. No es otro que tener una mayor vinculación con la entidad, y que se formaliza con la contratación de otros productos bancarios (planes de pensión, fondos de inversión, imposiciones a plazo, etc.).