La vuelta es una de las figuras más esperadas por los traders. O lo que es lo mismo, para los inversores que desean formalizar sus operaciones en una misma sesión bursátil. ¿Es quizás tú caso en concreto? Porque en efecto, si fuera de esta manera, estás ante la formación de un cambio de tendencia muy rápido. Se constituye y se cierta en el mismo día. A diferencia de otros movimientos que requieren de mayor tiempo para su desarrollo. Solamente te valdrá si eres un operador a muy corto espacio de tiempo. Incluso si tu perfil como inversor es eminentemente especulativo.
Figuras de vuelta: con reacciones muy violentas
Una de las peculiaridades que caracteriza a esta figura en la bolsa es porque se desarrolla con una especial virulencia. Es decir, las cotizaciones suben con una relevante fuerza y que llama especialmente la atención de los inversores. Hasta alcanzar sus precios máximos en la misma sesión bursátil. Para una vez llegado a estos niveles, emprender el movimiento contrario. Alcanzando los mínimos en su cotización y en cualquier caso por debajo del cierre anterior. Como podrás comprobar implica muchos movimientos en tan pocas horas que hace que solamente los inversores con mayor experiencia en los mercados financieros puedan asumir las operaciones.
Volumen de contratación muy alto
Otra de sus principales aportaciones reside en el hecho de que son muchos los títulos negociados durante la formación de las figuras de vuelta. Y que se incrementan a medida que sus precios se van acercando a sus niveles más altos de la sesión de bolsa. De cualquier forma, debes saber de qué se trata de una figura que solamente tiene repercusiones al muy corto plazo. Nunca a periodos más amplios y de los que son más proclives los valores más especulativos de los mercados de renta variable. Raramente se producen en los blue chips o compañías de primera fila del índice bursátil nacional.
Abrir y cerrar posiciones en el mismo día
Su aplicación se basa en operaciones muy rápidas y contundentes que se formalizan en pocas horas. Hasta el punto de que es muy conveniente ajustar el precio de compra y venta para obtener las mejores plusvalías en cada uno de los movimientos. Sin la necesidad de apurar de ninguna forma sus recorridos. No en vano, la única meta es rentabilizar los ahorros por encima de otras consideraciones más agresivas en los planteamientos en la inversión.