Se trata de una tendencia o mejor dicho una falta de la misma en la cotización de cualquier activo financiero. No tiene por qué ser procedente de la bolsa, sino también de otros activos financieros. Porque en efecto, la lateralidad puede producirse en los mercados de divisas, metales preciosos, materias primas o cualquier otro que cotice con regularidad. Es un movimiento realmente anodino porque no ayuda a los inversores a definir sus estrategias. Sino que por el contrario se mueve entre dos líneas de cotización muy bien definidas. Por un lado los soportes que es la zona que no debe rebasar para no caer en una tendencia bajista. Y por otra parte, las resistencias, que de superarlas implicaría un desarrollo muy alcista a las cotizaciones. Desde este escenario, la lateralidad supone una zona en donde el inversor debe tomar una determinación para sus operaciones en los mercados financieros. A través de las siguientes estrategias.
Lateralidad: esperar a su resolución
Si te ves bajo este escenario en tus inversiones, lo más recomendable que esperes un tiempo hasta que se despejen todas las dudas sobre cuál es el camino que va a tomar el activo financiero elegido para tu inversión. No son zonas en donde puedas obtener excesivos provechos de tus operaciones. Sino más bien lo contrario. Solamente en las operaciones de corto plazo, tendrás más oportunidades para abrir posiciones y rentabilizar tus aportaciones monetarias. Aunque son las de trading en donde se materializan los mejores escenarios para mejorar las posiciones. En cualquier caso, será mejor que esperes a que los precios se dirijan a una tendencia definida. En uno u otro sentido.
Desciende el nivel de los inversores
Otro de los factores que explican este sesgo lateral en la cotización de los precios es el retroceso en las operaciones realizadas en las plazas bursátiles. Tanto en las compras como en las ventas. Es sensiblemente menor el número de títulos que se mueven. Con un volumen de contratación más bajo que en tendencia. No en vano, buena parte de los pequeños inversores esperan a que sean vulnerados los niveles de los soportes y resistencias para volver a los mercados. Se trata, en definitiva, de un periodo dubitativo que no dota de agilidad y actividad a los índices. De todas formas, la lateralidad es un proceso que no se formaliza durante mucho espacio de tiempo. Sino que por el contrario, es un movimiento limitado en todos los casos.