Los depósitos a plazo son el producto bancario por excelencia. Ofrecen un rendimiento garantizado que está exento de cualquier riesgo. No es de extrañar que infinidad de familias se hayan decantado por ellos, como fórmula para crear una bolsa de ahorro. No obstante, su rentabilidad en los últimos años ha descendido notablemente, como consecuencia de la decisión de Banco Central Europeo (BCE) de abaratar el precio del dinero.
En estos momentos, las imposiciones están ofreciendo un rendimiento que está situado en mínimos históricos. Estos productos bancarios se mueven en una franja muy estrecha, del 0,20% al 0,65%. No obstante, a través de diferentes estrategias podrás finalmente incrementar los pagos que te darán a su vencimiento. Son muchas y de diversa naturaleza, que es conveniente que conozcas por si los vas a contratar en los próximos días.
Estrategias de los depósitos
Vinculándolos con otros activos financieros: para mejorar los márgenes de rentabilidad la medida más certera es ligar los depósitos a otros activos procedentes de los mercados. Generalmente de la renta variable, pero sin desdeñar otros activos financieros: metales preciosos, materias primas, índices de referencia, etc. En cualquier caso, habrá que cumplir unos objetivos mínimos para conseguir los objetivos, pero de hacerlo superarán el 2% con cierta facilidad.
Bajo la domiciliación de la nómina: las cuentas que admiten esta operación generan la posibilidad de suscribir depósitos con una rentabilidad máxima en torno al 5%. Un porcentaje mucho más competitivo, pero a cambio tendrán una duración ciertamente limitada, con solamente unos meses de permanencia y afectan a un importe máximo no demasiado exigente.
Ofertas de bienvenida: es una de las estrategias más habituales entre las entidades bancarias para captar los ahorros de los nuevos clientes y, como consecuencia de ello, elevan los márgenes de rendimiento de las imposiciones confeccionadas bajo estas características. Llegan a ofrecer entre el 1% y 2%, en función de cada oferta; en cualquier caso, superan claramente las propuestas tradicionales. Igualmente tienen una duración muy corta, no más allá de los 6 meses.
Ampliando los plazos de permanencia: si deseas elevar, aunque sea mínimamente, los tipos interés que te proporcionan en el banco, no tendrás más remedio que extender el plazo de estos productos para el ahorro. Concretamente hasta 2 o 3 años, que es el plazo máximo por el que son comercializados estos modelos entre los clientes. En esta ocasión, la mejora se sustanciará tan solo en unas pocas décimas, hasta alcanzar el 0,70% en los plazos más elevados.