Los créditos rápidos, de pequeña cuantía que están en una franja que oscila entre 100 y 750 euros, y que están siendo comercializados por las plataformas financieras online están proliferando con una importante difusión de medios. No hay problemas para detectarlos. Se ofrecen bajo diferentes características, pero manteniendo unas constantes comerciales muy parecidas en todos sus modelos de financiación. Aunque pueden que no sean muy beneficiosos para tus intereses como usuario en esta clase de productos.
Si bien te pueden parecer muy sugerentes para suscribirlos ante una pequeña falta de liquidez de tu cuenta corriente, no lo serán tanto en el preciso momento de analizar en detalle sus condiciones. Algunas de ellas son claramente más duras que en las líneas de crédito convencionales. Hasta el punto que su formalización te resultará siempre más cara, y hasta con apartados muy exigentes. No en vano, hay tres líneas de actuación que te harán dudar al menos de su efectividad, y que por tanto será conveniente que conozcas.
Créditos rápidos, con tipos de interés más altos
La aceptación de sus contratos te generará unos intereses mucho más expansivos. No es por casualidad que la mayoría de estos pequeños créditos implican la conformidad de unos márgenes por encima del 15%, incluso doblando estos porcentajes en algunos de ellos. Será mucho el dinero que tengas que pagar por solicitar unos créditos de tan poca cuantía. Sin que dispongas de estrategias para reducirlos, como habitualmente pasa con los préstamos bancarios.
Amortización muy rápida
Otro de sus principales inconvenientes es que tendrás que devolverlo en pocas semanas. En no más de 45 días, con lo que no habrá más remedio que tener la suficiente liquidez en tu cuenta cómo afrontar estos pagos. Además, cualquier retraso en las fechas de sus abonos te supondrá unas penalizaciones realmente desproporcionadas, y que pueden desajustar el presupuesto doméstico para todo el mes.
Válidos solamente para pequeños gastos
Su débil fuente de financiación propicia que no sirvan para grandes necesidades, y mucho menos para disponer de un fondo de ahorro a medio o largo plazo. Será el momento en plantearte si merece la pena hacer un esfuerzo económico para conseguir tan exiguas cantidades de dinero. No en vano, quizás tengas otras alternativas mucho más interesantes para saldar deudas, sufragar las próximas vacaciones, o sencillamente afrontar un gasto no previsto. No te quedará más remedio que hacer cálculos sobre lo que costarán los créditos rápidos.