Más de una vez habrás oído esta denominación, blue chips, en los medios de comunicación especializados. Seguramente que ha sido así, ¿pero sabes realmente de lo que estamos hablando? Te convendrá una respuesta contundente para valorar si pueden ser objetos de tu inversión a partir de estos momentos. Y quizás lo más importante en estos activos financieros, que no es otro planteamiento que el referido a si son aconsejables para tomar posiciones en la renta variable, y en qué momentos.
Pues bien, los blue chips son los cinco valores con mayor especifico en la bolsa española, y muy concretamente en su principal índice de referencia, el conocido como Ibex 35, que es el que más títulos contrata en todas las sesiones bursátiles. Corresponde a empresas con Banco Santander, BBVA, Endesa, Repsol o Iberdrola. Vamos, los pesos pesados de nuestros mercados de renta variable. Y si deseas abrir posiciones en sus acciones tendrás que saber algunas de sus principales características.
Mayor volumen de contratación
Son todos ellos valores de gran liquidez, y por encima del resto de sus competidores. No te costará nada abrir o cerrar posiciones en sus empresas ya que diariamente intercambian una gran cantidad de títulos. Y de ninguna manera podrás quedar enganchado en tus posiciones, ya que habrás otros inversores que deseen venderte o comprarte sus títulos. Te darán una tranquilidad en este aspecto como para despejar cualquier duda.
Los blue chips son más estables en sus precios
No esperes de los blue chips grandes revalorizaciones, ni tan siquiera pérdidas muy acusadas. No en vano, la estabilidad en sus precios es una de sus principales características. Si estás dispuesto a elevar tu inversión al medio o largo plazo cuenta con estos valores por encima de otros. No te ofrecerán cambios sustanciales que hagan variar notablemente tu patrimonio. Es una de sus grandes aportaciones.
Reparten dividendos todos los años
La contratación de sus títulos te llevará aparejado el cobro de dividendos todos los años. Con un rendimiento garantizado que oscila entre el 4%, y 8%, en función de la compañía seleccionada. De esta forma, te permitirá conformar una renta fija dentro de la variable. Y mejor remunerada que en los productos bancarios dirigidos para captar el ahorro de los clientes (depósitos, pagarés bancarios, etc.). En los que raramente sobrepasan el umbral del 1%, y con un plazo de permanencia excesivamente elevado. Y hasta con alguna que otra vinculación.