Después de la desagradable experiencia que han tenido miles de ahorradores con los productos tóxicos en pasados ejercicios, la tendencia generalizada es buscar modelos de inversión en los que prime la seguridad por encima del posible rendimiento que puedan generar. Y entre todos, uno de los más contratados son los depósitos a plazo. Son fáciles de contratar y no requieren excesivos conocimientos para su comprensión. Pero, ¿realmente son seguros? A través de unas cuantas claves en su estructura llegarás a una conclusión más objetiva ante de contratarlos, y de esta forma guardar a partir de estos momentos tus ahorros
Depósitos: garantizan su recuperación
Las imposiciones te permiten en todo momento recuperar las aportaciones a su vencimiento. Incluso antes de que se produzca, aunque puede que esta operación esté penalizada por una comisión. Por cancelación, parcial o total, que puede alcanzar hasta el 3% sobre el importe depositado. De todas formas, a través de este producto conseguirás en todas las propuestas un rendimiento fijo y asegurado, que podrás conocerlo de antemano, antes de firmar el contrato. Al finalizar su plazo de permanencia el importe, más los correspondientes intereses generados, irán a parar automáticamente a tu cuenta corriente. Sin tener que estar pendiente de la evolución de los mercados financieros.
¿Qué pasa si el banco quiebra?
Si este escenario se hiciese presente, los importes guardados en alguno de estos productos estarán respaldados por el Fondo de Garantías de Depósitos. Por una cantidad máxima de 100.000 euros, y procedentes de un mismo titular. Si invirtieses cantidades superiores tendrás a disposición un pequeño truco para salvaguardar tus ahorros. Y no es otro que abrir diferentes imposiciones en entidades bancarias distintas, por importes inferiores al tope máximo que está garantizado por ley. De esta forma podrás sortear de manera legal la actual normativa.
Cumplimiento de las condiciones
Ya solamente queda otra variante que se produce en esta clase de productos bancarios. Y que tienen que ver con los vinculados a otros activos financieros (bolsa, metales preciosos, oro, etc.). En este caso su rendimiento irá en función de la evolución de estos referentes. Aunque no se consigan los objetivos, en ningún caso perderás ni una mínima parte del patrimonio invertido. Ya que están confeccionados con un rendimiento mínimo, aunque muy poco atractivo. Obtendrás un tipo de interés en torno al 0,50%.