Puede que una de las estrategias que utilices para canalizar tus inversiones se base a los precios objetivos con el que los bancos e intermediarios financieros asignan el valor real de las acciones en bolsa. Hasta el punto que te parezca el modelo más seguro para aplicar y de esta forma rentabilizar tus ahorros a los máximos niveles posibles. Si este fuese tu caso en concreto, puedes llevarte más de una decepción en las operaciones que realices a partir de ahora. El motivo se debe a algo tan simple como que no es un precio real el que proporcionan. Sino por el contrario una estimación que suele sufrir muchas revisiones durante el año.
Precios objetivos: alejados de los objetivos
Si analizas la evolución de los diferentes mercados de renta variable y los precios asignados por los agentes bursátiles llegarás a la conclusión que hay muchas diferencias entre ellos. Esto es una de las razones por las cuales los pequeños y medianos inversores se decantan por esta discutible estrategia en las operaciones. Pero mucho cuidado con ello, porque a los pocos días puede cambiar la expectativa del valor y alejarse de los objetivos planteados por los informes en los que se basan estas estimaciones. Es algo frecuente que suele pasar con los activos que cotizan en la bolsa.
Revisiones a la baja o al alza
Las expectativas suelen variar con cierta frecuencia, cuando en realidad no hay ningún motivo para tomar esa medida. Incluso con rebajas en los precios con más del 20%. Muchas de las veces se deben a los propios intereses ocultos de los agentes financieros. Desean que las acciones de un determinado valor tomen una u otra tendencia, en función de cada momento y situación. Y de esta forma, tratan de influir en las decisiones que toman los usuarios bursátiles, tal y como te habrá ocurrido en más de una ocasión.
Desde este escenario, no es de los modelos más fiables que tienes para que conformes tu cartera de inversión. Dispones de otros sistemas que son mucho más eficaces y con un porcentaje de error mucho menor o al menos controlados. Generalmente están vinculados al análisis técnico o a la propia tendencia de los mercados financieros. Es hacia ellos a donde realmente te tienes que dirigir para basar tu estrategia de inversión. Con mayor eficacia y con unos planteamientos más objetivos en cuanto a su potencial de revalorización.