Bajo esta denominación se engloban todos los valores que son de pequeña capitalización, y que puede que hayas contratado más de una vez sin saberlo. A partir de ahora no tendrás excusa para conocer con qué clase de valores operas. Porque los small caps son un grupo de empresas muy bien delimitadas que presentan unas características muy claras. Necesitarás conocerlas un poco más si en las próximas sesiones bursátiles te decantas por un valor de estas peculiaridades.
Mueven pocos títulos en los mercados
Uno de los principales efectos que produce, es que al ser empresas muy pequeñas mueven muy pocos títulos en casi todas las sesiones bursátiles. Creándote más de un problema, siendo uno de ellos el que te quedes enganchado en el valor. Se debe a que no hay comparadores que acepten las ventas que realizas, y viceversa. Con lo que será francamente complicado que los puedas vender al precio deseado. Por este motivo no es conveniente que inviertas mucho dinero en esta clase de valores, bastando una parte mínima de tu capital.
Los small caps son más manipulables
Tienes que tener especial cuidado con la evolución de sus cotizaciones. Con pocos títulos los grandes inversores pueden hacer caer fuertemente sus precios, y en sentido contrario igual. Es por ello por lo que no están recomendados para todos los perfiles de inversores. Solamente lo que atesoren mayor experiencia en los mercados tendrán mayores facilidades para conseguir sus objetivos. No en vano, puedes perder mucho dinero en estas propuestas al tratarse de empresas que no cuentan con el respaldo de grandes capitales, ni grupos de inversión destacados.
No cotizan en el índice selectivo nacional
Si te decides por algunos de estos pequeños valores, tendrás que saber que ninguno de ellos cotizan en el selectivo índice de la bolsa española, el Ibex 35, y si por el contrario en el mercado continuo, y hasta algunos de ellos en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Y en todo caso, conformando el denominado sector de las pequeñas empresas.
Proceden de todos los segmentos de negocio: financieros, consumo, químicas, tecnológicas, y hasta algún que otro grupo bancario. Y que se distinguen sobre las otras empresas cotizadas porque estas no reparten habitualmente dividendos entre sus accionistas. No en vano, son en la mayoría de los casos empresas que no están consolidadas en el escalafón empresarial nacional.