Si hay uno de los países que mejor ha salido de la crisis ese ha sido Estados Unidos. El que fuera el epicentro de la crisis financiera en el año 2007 ha crecido en los últimos años a tasas superiores al 2% y se prevé que llegue a crecer a cerca de un 3% en el próximo año, muy diferente de las tasas de crecimiento que presenta Europa o Japón, cuyas tasas en el primer caso son inferiores al 1% e incluso han llegado a ser negativas.
Esta diferencia de salidas de la crisis tiene un protagonista: la Reserva Federal. Con el fin de lograr el crecimiento económico de Estados Unidos, la reserva ha comprado en los últimos años una gran cantidad de bonos estadounidenses. Pero, ¿Por qué esta medida favorece el crecimiento económico?
Una compra de bonos por parte de un banco central (en este caso la Reserva Federal) consiste básicamente en una inyección de dinero a la economía o como se dicen vulgarmente, “poner en marcha la máquina de los billetes”. Cuando la reserva compra bonos, el banco central se queda un título de deuda (el bono) y a cambio paga su valor a quien se lo ha vendido (inversores, bancos). Estos inversores y bancos con ese dinero que ha recibido de la Reserva, pone en marcha nuevos negocios que ayudan a la recuperación económica y ahí es donde radica el éxito de la Reserva Federal y la razón porque la reserva compra bonos en el mercado.
Sin embargo, hay que matizar que esta decisión tiene también sus aspectos negativos. La compra de bonos implica por un lado que los precios aumenten, ya que hay mayor cantidad de dinero en el mercado, y es por eso que el Banco Central Europeo, el equivalente a la Reserva Federal en Europa no ha tomado una medida similar.
El pánico a la inflación de Alemania, el país dominante en el Banco Central ha sido una de las causas de que el BCE no compre bonos en Europa y de que la recuperación económica en el Viejo Continente este siendo mucho más lenta que en Estados Unidos.