Uno de los mayores riesgos que tienes al invertir tus ahorros en compañías cotizadas poco sólidas, y que presentan graves problemas en sus cuentas empresariales, es que pierdas todo el dinero invertido. No te asustes, pero es completamente cierto, tal y como se ha podido comprobar en los últimos años con algunos valores de la renta variable española. El peor escenario que puede presentarse es que una empresa quiebre, y de paso se lleve todos tus ahorros por el camino.
Cuando esto ocurre, sus acciones dejan de cotizar en los mercados bursátiles. Y como consecuencia de ello, te encontrarás en un estado de indefensión en el que no podrás hacer absolutamente nada. Solamente esperar, y tratar de recuperar aunque sea un mínima parte de tus aportaciones en la inversión. Tendrás un escenario muy negro en el que los principales efectos serán los siguientes.
Esperar la vuelta a las cotizaciones
Tendrás que esperar a que los problemas se solucionen y sus acciones vuelvan a cotizar en los mercados. No obstante, este es un proceso muy complejo que puede durar muchos años, más de los que te imaginas, y con una depreciación de su valor fuera de lo normal. Es frecuente que si la compañía regresa a los parqués de la bolsa sea con unos precios sensiblemente inferiores, incluso dejándose más del 70% sobre su anterior cotización
Vender los títulos en los mercados secundarios
Muchas veces no tendrás más solución que ir a los mercados secundarios para que te compren los títulos. Se trata de una operación muy complicada, que generalmente no cuenta con compradores, y de haberlos será con descuentos muy notables con respecto a los preciso en que las compraste. Es una opción con la que no debes contar ya que raramente da sus frutos, y además es muy complicada de formalizar.
Te seguirán cobrando dinero en las comisiones
Desde luego que lo peor de todo, y a pesar de que las acciones ya no cotizan en los mercados financieros, es que los bancos te seguirán cobrando las comisiones por su mantenimiento. Principalmente las de custodia. No es que sean excesivamente elevadas, que no lo son, en torno a cinco euros por operación. Pero será un gasto que te molestará enormemente al no disponer ya de la inversión. Y cuyo cargo te lo pasarán todos los años hasta que no se solucione el problema.