El Stop Loss es un tipo de orden que se puede “programar” cuando uno invierte en bolsa para evitar perder dinero ante una fuerte caída en la bolsa. Cuando uno ordena un Stop Loss, lo que está diciendo es que cuando la acción de una empresa llegue a un cierto precio, se vendan automáticamente todas las acciones al precio marcado.
Por ejemplo, imaginemos que nosotros invertimos en bolsa y poseemos acciones de Telefónica. Estas acciones las compramos a 12 € y decidimos poner un stop loss a 10 €. El Stop Loss lo que hace es que si las acciones de Telefónica bajan a ese precio automáticamente se da una orden de venta de todas las acciones para evitar perder más dinero si las acciones bajan todavía más.
¿Qué gana una persona con un Stop Loss? Pues como dice su propio nombre, limitar las pérdidas. Si en el caso anterior se produce un crack que hace que las acciones bajen a 9€, gracias al Stop loss las acciones se abran vendido a 10€ y por tanto “solo” perderíamos 2 € por acción y no 3€.
Además otra ventaja del Stop Loss es que nos evitan que perdamos todo el dinero que hayamos hecho en una inversión ya que las acciones se venden antes de que su valor sean cero.
Pero, aunque las ventajas para el inversor están claras, también hay que matizar que los Stop Loss tienen una parte negativa: contribuyen a la volatilidad de los mercados.
Si sale una noticia negativa sobre una empresa las acciones como es normal bajan. Esto provoca que muchos Stop Loss de muchos inversores bajen, empujando a que la acción caiga todavía más y provocando que nuevos stop loss fijados a precios más bajos salten. Es por ello que si la acción de una empresa tiene muchas órdenes de stop loss puede iniciar una espiral de ventas y bajadas de precio de las acciones muy difícil de controlar.