Un CDS (Credit Default Swap o seguro contra incumplimiento del pago) es un tipo seguro financiero que cubre las posibles pérdidas que puedan ocurrir si la empresa(u organismo) en el que estamos invirtiendo quiebra. Como sabéis, si compramos acciones de una empresa y esta entra en quiebra lo mas probable es que perdamos todo el dinero. Si tuviésemos un CDS sobre esa empresa, la quiebra estaría “asegurada” y la entidad aseguradora nos pagaría la cantidad que nosotros habíamos invertido en esa empresa.
En principio, como estamos viendo, un CDS no tiene porque ser malo, si no todo lo contrario. Ayuda al inversor a cubrir los riesgos de una inversión a costa de una prima(el coste del CDS). ¿Cuál es el problema entonces? Que en la actualidad, los CDS los puede comprar cualquier persona sin tener que invertir en lo que se está asegurando.
Imaginemos que nosotros habíamos compramos un CDS sobre deuda griega en el año 2005. El CDS nos costó en ese año 300€ e imaginamos para simplificar las cosas, que con ese CDS se cubre toda la inversión que yo haya hecho en deuda griega. Es decir, si yo invierto 10.000€ en Grecia y el estado griego quiebra, el emisor del CDS me pagaría los 10.000€ que yo había invertido. Hasta aquí todo parece razonable, pero como hemos dicho antes, podemos comprar un CDS sin tener que haber invertido en deuda griega, es decir, comprar solo el seguro de impago.
Si se diese esta situación, mi rentabilidad dependerá de a cuanto pueda vender el CDS que yo había comprado. Mi objetivo será que el valor del CDS suba, y ¿cuándo se va a dar esta situación? Pues cuando el riesgo de quiebra de Grecia aumente. En ese caso, el precio del CDS subirá ya que al fin y al cabo estamos trabajando con un “seguro”: a mayor riesgo mayor será la prima a pagar por el.
Por tanto, ¿Cuál será el objetivo de los grandes inversores que estén negociando con CDS? Pues llevar a las empresas o estados asegurados al borde la quiebra, con el fin de que el precio del CDS se dispare. Aquí es donde esta el problema, un CDS es en estos momentos como si comprásemos un seguro de incendio sobre la casa del vecino. Recibiré dinero si la casa se quema, por lo que no sería de extrañar que me volviese un pirómano e hiciese todo lo posible por intentar quemar la casa con el fin de cobrar la prima.