El insider suele ser una de las personas que más rumores y noticias generan en el mundo de la bolsa. El insider, que traducido literalmente sería “el que está dentro” es la persona o personas que están dentro de la empresa generalmente en los órganos de dirección más importante y que por tanto tienen información privilegiada sobre el presente y futuro de la empresa.
En la práctica, los principales insiders son las personas que forman el consejo de administración de la empresa, desde el presidente hasta todos los consejeros delegados, ya que son ellos los que determinan el rumbo de la empresa y los que tienen toda la información disponible de cómo está marchando el negocio.
Como se podemos imaginar, las acciones de este grupo privilegiado son muy relevantes en el mundo de la bolsa, y es que la venta o compra de acciones de este grupo nos puede servir de indicativo para saber si podemos confiar o no en la empresa en la que estamos o queremos invertir.
Numerosas empresas pagan a sus consejeros delegados en acciones de la compañía en la que trabajan. De este modo se consigue dar un incentivo a los que llevan la empresa para que ésta valga más y por tanto el precio de esas acciones suban. Como es natural, a lo largo de los años los consejeros venden esas acciones (o compran más), algunas veces por motivos personales pero otras veces porque conocen mejor que nadie el funcionamiento de la empresa y por tanto, si ven que va ir mal, venden antes de que el precio de las acciones baje con las malas noticias.
Esto por supuesto es ilegal, y quien lo hiciese cometería un delito de uso de información privilegiada. Por ello, la CNMV obliga en España a todos los consejeros que comuniquen públicamente si compran o venden acciones de su propia compañía, pero esto no quiere decir que siempre ocurra.
El caso más llamativo fue el de la empresa pesquera Pescanova a principios de 2013. Manuel Fernández de Sousa, el presidente de Pescanova en aquel entonces vendió el 7% de la empresa a escondidas, meses antes de que la empresa se declarase en bancarrota. Y es que la información que tiene un insider no es comparable nunca a la que puede tener un inversor común.
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