El Banco Santander es uno de los grupos financieros más importantes del país y cuyo peso específico en el índice de referencia de la bolsa española, el Ibex 35, es de los más importantes. En pocos meses sus títulos se han depreciado en más del 30%. Pasando a cotizar sus acciones de 9 a algo más de 4 euros en estos momentos. ¿A qué motivos se debe esta importante depreciación de sus títulos? Pues fundamentalmente a dos razones de peso que le han restado fuerza ante los inversores. Por una parte su fuerte exposición al mercado británico. Situación poca propicia para sus intereses financieros tras la decisión de los ciudadanos británicos de abandonar las instituciones comunitarias. Como consecuencia de la aplicación del Brexit. Hecho que no le está ayudando a mejorar su comportamiento en los mercados de renta variable. Reduciendo de forma significativa su potencial de revalorización.
Santander: a vuelta con los bancos
Y por otra parte, a los problemas que está generando la banca europea ante la falta de revitalización en su actividad empresarial. En donde, más de una entidad está en una situación de gran inestabilidad ante lo que pueda suceder en el sector. Todo ello ha provocado una contundente caída en sus precios. Hasta niveles no conocidos en los últimos años. Constituyéndose para buena parte de los analistas en una clara opción de compra. Con los ojos de los inversores puestos en la barrera de los seis euros por cada acción.
Con menos ingresos
Una de las claves para atender esta situación hay que remitirla a la bajada de beneficios como consecuencia del abaratamiento del precio del dinero. De esta forma, sus beneficios han bajado sustancialmente con respecto a sus objetivos iniciales. Obligando a sus acciones a acercarse a la altura de los tres euros la acción. Con uno de los comportamiento más erráticos de la bolsa nacional. En donde su línea de cotización le está llevando a la franja más baja de los últimos años. Sus ganancias en líneas de crédito no están beneficiando sus resultados. Con unos márgenes comerciales cada vez más apretados. Hasta el punto que no ha tenido otro remedio que incrementar el precio de sus comisiones y gastos en su gestión. Para contrarrestar el descenso de los intereses aplicados a sus productos para la financiación.
Exposición a economías emergentes
No puede olvidarse tampoco que este importante grupo bancario tiene una exposición muy directa a varios países emergentes que le están lastrando en sus cuentas empresariales. Hasta el punto que varios analistas financieros dudan de que este modelo de negocio sea el más acertado. En cualquier caso, y por fundamentales, estos mismos expertos en la inversión tienen claro que el precio objetivo por acción es superior al actual. Debiéndose situar en una franja que oscila entre los 6 y 7 euros por acción. Desde esta perspectiva de análisis, tendría un potencial de revalorización, de al menos un 15%. Siempre y cuando el sector bancario del viejo continente no tenga severas recaídas como hasta ahora. Con especial atención a la banca germana e italiana.