Los Juegos Olímpicos han siempre un acontecimiento muy importante para los países que los han organizado. En concreto, las ciudades olímpicas reciben una fuerte inyección de dinero (tanto pública como privada) que se traducen en mejoras de infraestructuras, nuevas instalaciones y lo más importante, una gran campaña de publicidad que provoca que durante unos días la ciudad se convierta en el epicentro del mundo.
Sin embargo, pese a estas “ventajas” que originan los juegos olímpicos a las ciudades donde se celebran, lo cierto es que en numerosos casos los Juegos Olímpicos son una inversión muy costosa y difícil de recuperar y cuya rentabilidad es por lo menos cuestionable.
El caso de mayor rentabilidad de unos Juegos Olímpicos fue la de Los Ángeles 1984, donde se obtuvieron unos beneficios de 151 millones de euros. Este éxito financiero fue gracias a que por un lado se utilizaron las instalaciones que la ciudad ya tenía disponible,(construyeron únicamente un centro para ciclistas y una nueva piscina olímpica) y por otro lado, la inyección que muchas compañías privadas dieron para organizar el evento y que redujeron la inversión que tuvo que hacer el estado.
Pero por contra el mayor fiasco financiero de unos Juegos fueron Atenas 2004. El coste inicial de estas olimpiadas fue de 4.600 millones de euros pero finalmente terminaron costando 7.000 millones de euros, aunque muchos expertos dicen que la cifra aún es todavía mayor ya que muchos gastos no fueron reflejados en el presupuesto oficial. De hecho, la organización de Atenas 2004 fue el inicio de los problemas de deuda que ahora tiene el país heleno.
Más reciente y similar a Atenas 2004 fueron los Juegos Olímpicos de Londres 2012. El presupuesto inicial se cifro en 2.370 millones de euros pensando que la mayor parte de la inversión la haría el capital privado, pero finalmente con el estallido de la crisis fue el estado quien tuvo que absorber toda la inversión y finalmente los Juegos acabaron costando más de 11.000 millones de euros.
En España, los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 ha sido puesto siempre como ejemplo de éxito. Si bien es cierto que fue un revulsivo muy importante para la ciudad y para el país entero, su impacto económico, cifrado en 18.678 millones de euros fue muy alto y el coste para las arcar públicas fue solo de un 39% de los 6.728 millones de euros del coste total de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Fuente: 20minutos.es – eldiario.es –Wikipedia.org