Nicolás I de Montenegro fue uno de los monarcas mas extravagantes de la historia. Rey de Montenegro desde 1910 a 1918 (antes príncipe desde 1860), su obsesión por el dinero y por la especulación le llevó a invertir millones y millones en bolsa algunas veces con notable éxito gracias sobretodo a su astucia y falta de valores.
En esa época las cajas del estado de Montenegro estaban prácticamente vacías. De hecho, cuenta una leyenda de que un día un famoso multimillonario americano realizó un viaje por los Balcanes y acabó en Montenegro. El rey Nicolás le invitó a un banquete y tras la comida, el millonario y el rey salieron al balcón a saludar al pueblo. El millonario americano, asombrado por el espectáculo y la muchedumbre que le vitoreaba desde fuera, comenzó a arrojar monedas de oro a la multitud. Pasado unos minutos, miró a ambos lado y vio que el rey había desaparecido.
El rey no había ido muy lejos. El millonario descubrió que estaba entre la multitud tratando de recoger las monedas que había tirado.
La obsesión por el dinero de Nicolás era muy grande y la pobreza de su país no facilitaba su objetivo de enriquecerse. Por ello Nicolás elaboró un sistema de lo más curioso para poder enriquecerse.
En aquella época existía entre las transferencia de dinero entre los estados el “post-clearing”. Este sistema consistía en que todos los envíos de dinero internacional se pagaban al instante por la agencia intermediadora y, transcurridos un año, se establecían las liquidaciones pertinentes entre los pagos y envíos de dinero de los diferentes estados.
La jugada del rey Nicolás consistía en enviar dinero a varios hombres de paja situados alrededor del mundo dinero. Los hombres de paja iban a la oficina y cobraban. A final de año el estado de Montenegro tenía que pagar todos esos envíos de dinero que se habían hecho a lo largo del año, pero entonces el rey Nicolás declaraba que el país no podía asumir los pagos y pedía una moratoria. Así, año tras año, la fortuna del rey Nicolás I subía gracias a la “insolvencia” de Montenegro. Un método muy poco elegante pero muy efectivo más cerca de la estafa que de la inversión.