Es muy habitual que los inversores se decanten por valores que reparten dividendos entre sus accionistas. A través de esta estrategia pueden rentabilizarse los ahorros en hasta un 8%. ¿Pero de verdad sabes cómo operar en la renta variable para conseguir esta sugerente retribución todos los años? Será completamente imprescindible que tengas en cuenta cuando debes formalizar las compras y ventas. No en vano, cualquier retraso en sus plazos te impedirá que esas cantidades vayan a parar a tu cuenta corriente. Y como consecuencia de ello, formalices una operación bursátil sin mucho sentido, y con la que puedes perder parte de tus aportaciones.
Con tres días de anticipación
Hasta el anterior año era suficiente con que comprases las acciones el día anterior al abono de esta retribución, y que apurándolo mucho hasta podrías hacerlo en las últimas horas de la sesión. Ten mucho cuidado porque esta normativa ha cambiado, y desde este año será necesario que formalices la operación con tres días de adelanto. Si no lo haces, no cobrarás el dividendo bajo ningún aspecto. Con este movimiento en la renta variable se trata de alejar a los inversores más especulativos del cobro de este pago, imponiéndoles que al menos estén durante unos días con sus posiciones compradoras.
Puedes vender las acciones el mismo día
Otra duda que plantean muchos pequeños inversores, como puede ser en tu caso, es cuando pueden cerrar sus posiciones en bolsa habiendo cobrado sus correspondientes dividendos. En este sentido, las normas siguen siendo iguales. Y podrás realizarlo el mismo día que se pague esta retribución, incluso desarrollándolo a primeras horas de la sesión. Será suficiente para que te lo paguen. En cualquier caso, no tendrás que esperar varios días como sucede con los inversores menos experimentados, que desconocen los plazos de permanencia en los valores que presentan estas características.
Dividendos: descontados de la cotización
Otro factor que deberás tener en cuenta, es que una vez que se haya efectuado su pago se descuenta directamente del precio con que cotiza en esos momentos el valor. No se trata de ningún regalo, aunque generalmente a las pocas semanas, o meses, vuelven a recuperar sus niveles de cotización. A través de una retribución al accionista que puede ser trimestral, bimestral o anualmente, en función de la política de cada empresa cotizada en bolsa.